Religión en BoliviaReligión en Bolivia


Religión en Bolivia

Sólo una palabra para resumir la situación religiosa en Bolivia: sincretismo.


La religión oficial, consagrada en la Constitución de 2009, es el catolicismo. La gran mayoría de la población afirma ser católica, pero en realidad el grado de fervor varía mucho de una persona a otra y de una región a otra. De hecho, el catolicismo ha sido históricamente una herramienta de colonización y un medio de control masivo por parte de la clase dirigente. En consecuencia, ser católico se percibe como un elemento que juega a favor del propio prestigio social, de ahí el gran número de personas que se declaran católicas (alrededor del 78% de la población). 

Pero de manera concreta, este cristianismo está fuertemente coloreado por las creencias, prácticas y supersticiones locales. De hecho, no es raro ver a un sacerdote bautizando coches, como en la fiesta de la Virgen de Copacabana, y a campesinos yendo a misa antes de realizar un ritual andino de hoja de coca y sacrificio de animales.  En el campo, la concepción andina del mundo, donde el hombre no domina sino que es parte integrante de la naturaleza, y las creencias andinas, mágicas, permanecen profundamente arraigadas. Se adora a la Madre Tierra (Pachamama), al Sol (Inti) y a la Luna (Killa). El espíritu de las montañas, los Apus, protegen las aldeas y promueven la fertilidad de la tierra.

Los bolivianos suelen recurrir a los curanderos en lugar de a los médicos de la medicina occidental. Las supersticiones y otras explicaciones mágicas se siguen utilizando para explicar fenómenos misteriosos e incomprensibles.

Paralelamente a estas fuertes creencias tradicionales, debemos notar el surgimiento de nuevos movimientos protestantes, como los evangelistas o los adventistas, que predicen el fin del mundo y otros desastres por venir. Pero estos movimientos a menudo permanecen confinados a las ciudades y no llegan al campo.

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