La población boliviana

Como en muchos otros países de América Latina, la llegada de los colonos españoles trajo consigo, con el tiempo, una serie de mezclas de población y de influencias. Esto dio como resultado la gran diversidad étnica que tiene el país hoy en día.

Bolivia es, junto con Perú, uno de los países de América del Sur con mayor proporción de población indígena: el 60% son quechuas o aymaras.

Desde los años 70 y 80, estas poblaciones se han organizado fuertemente para reclamar sus derechos (la abolición de la esclavitud sólo se remonta a la revolución de 1952...).

Advertencia: cabe señalar que el término indio en español, tiene una connotación muy negativa y a menudo se percibe como un insulto.

A pesar de la fuerte presencia indígena, una élite blanca heredada de la colonia española todavía tiene el control de los asuntos del país. La llegada al poder de Evo Morales, el primer presidente indígena de Bolivia y de América Latina, ha cambiado en cierta medida este statu quo; se está proponiendo una nueva dirección política al país. A pesar de ello, el mundo de las finanzas y el comercio sigue siendo el coto privado de la minoría blanca. 

Entre estos dos opuestos, hay una pequeña minoría de población negra africana, descendientes de esclavos traídos de África, emigrantes asiáticos (principalmente chinos), y algunos grupos de emigrantes europeos después de la Segunda Guerra Mundial (alemanes, austriacos e italianos), así como mestizos, una mezcla de estos diferentes grupos. 

Esta diversidad étnica y cultural es una gran riqueza: el mestizaje cultural (danzas, artes, gastronomía, literatura, artesanía) refleja una identidad plural y en constante cambio. Y al mismo tiempo, representa una gran fragilidad para el país, donde los bloqueos y conflictos sociales y económicos se suceden y multiplican.