Evo Morales (1er presidente "indígena" de Bolivia)
Sus orígenes indígenas desencadenaron una enorme ola de esperanza de cambio y reforma entre los pueblos aymara y quechua cuando llegó al poder en 2005, donde fue elegido con más del 50% de los votos.
En efecto, Evo Morales Ayma fue, en los años 90, un representante de los cocaleros, un ferviente defensor de la independencia de los Estados Unidos y un opositor del orden establecido. Su cercanía al terreno y, sin duda, su apariencia física, con la que se identifica la gran mayoría de la población indígena, le impulsó, un tanto para su propia sorpresa, al jefe de estado.
El programa político que llevó a Evo Morales a la presidencia se centró principalmente en el sector de la energía (nacionalizaciones, aumento radical del impuesto sobre la producción de petróleo y gas, etc.) y en el sector de la energía (desarrollo del sector energético, desarrollo del sector energético, etc.). ), sobre la distribución equitativa de la riqueza del país (incluyendo el aumento del salario mínimo), sobre la revalorización de las culturas subnacionales (poco después de su nominación como presidente, también recibió el título de Apu Mallku, jefe supremo de los indios andinos, durante una ceremonia tradicional andina), y sobre una política exterior deliberadamente de izquierda (estrechas relaciones con Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador, Castro en Cuba).
Sin embargo, su llegada al poder no ha estado exenta de altibajos. En primer lugar, porque la población de los llanos, y especialmente de Santa Cruz, está exasperada por este "indio" considerado poco capaz de manejar los asuntos del país y percibido como peligroso para el dinamismo económico de la parte oriental.
Además, en los últimos años se han reanudado con renovado vigor las huelgas, las manifestaciones y los conflictos sociales; la aplicación de una nueva constitución ha cristalizado las reivindicaciones de las diferentes regiones y sectores sociales, ya sea para obtener aún más ventajas o para bloquear las reformas que les perjudicarían demasiado.
