Danzas populares bolivianasDanzas populares bolivianas


Danzas populares bolivianas

Como pueden imaginar, de la inmensa variedad de estilos de música surge una inmensa variedad de estilos de baile.

Durante el período precolonial, las danzas celebraban la fertilidad, la guerra, la seducción, el trabajo de la tierra, etc. Eran oraciones o agradecimientos a las deidades de la naturaleza, medios de relaciones sociales,...

Con la conquista española, estas danzas se mezclaron con formas de burlarse del colono, de representar los sufrimientos soportados y de aligerar el alma en las alegres y coloridas fiestas de los pueblos. 

Para citar algunas de las danzas tradicionales, en el apartado de danzas tradicionales precolombinas, podemos destacar el chiriguano, imitación de las guerras intertribales con pieles de jaguar; la diablada, la más famosa de las danzas bolivianas, batalla entre el bien y el mal; la kachuta, danza aymara de seducción entre adolescentes y veneración de la fertilidad. El auqui auquis, donde se imitan y exageran las manías y expresiones de los viejos blancos (auqui en aymara), dueños, de la época de la colonia, con cañas y vasos pequeños; el bailecito y la cuenca, bailes de salón importados de Europa; la morenada, baile de las poblaciones negras africanas traídas como esclavos. 

Las danzas que se pueden ver hoy en día han mantenido los imponentes trajes y los ricos colores de antaño, especialmente en las regiones andinas.

Es una delicia para los ojos asistir a los carnavales del Altiplano: el carnaval de Oruro atrae cada año a miles de lugareños y turistas, que vienen a admirar a los chunchos, trajes que recuerdan a los trajes amazónicos, con sus plumas y flechas; a las Llamaradas (pastores andinos que custodian las llamas) o a los Incas, durante la puesta en escena de la conquista española. Colosales sumas de dinero se invierten en estos trajes cada año, sobre todo porque hay muchas fiestas en Bolivia. Las fiestas de los pueblos, las celebraciones de los santos o ritos prehispánicos, los carnavales, todas las excusas son buenas para jugar, bailar, cantar, beber y rebozar.

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