Es uno de los muchos conventos de la ciudad, y el principal monumento religioso del siglo XVIII en toda Bolivia. El edificio impresiona no sólo por sus dimensiones sino también por su diseño; su construcción refleja un "Arco del Triunfo" con 5 aberturas, 32 columnas y 3 cúpulas. Para la época, el edificio simboliza una magnífica obra de ingeniería, financiada como a menudo en estas regiones por mecenas ansiosos de atraer los favores divinos.